Felicidades

Pues eso, felicidades una vez más, cabrón. ¿Cómo acabásteis, a las mil, no? Menuda fiestecita sorpresa que te organizó la Gema, aquello fue lo más. Pues me lo estaba pasando que te cagas, pero resulta que me tuve que largar corriendo para redactar un articulito sobre la abdicación del rey, malditas las ganas, y me quedé ahí a media fiesta, qué coraje.

Bueno, que aprovecho ahora el mail para darte un poco la brasa, ya que entonces no era momento y tampoco tenía ganas de cortarte el rollo ahora que por fin te has puesto contento. Pero pasados unos días aprovecho para abroncarte porque vaya si has estado coñazo este último mes, tío, perdona que te diga, creo que somos amigos como para que me permitas el atrevimiento. Mira, yo sé que la música está fatal pero macho, el otro día estaba en casa flipando cuando no parabas de añadir bolos al Facebook, ¿te vas a quejar encima? Ya, me dijiste que son más baratos, y que algunos son con otros cantantes, y que te encantaría haber podido sacar más conciertos con los Hispano-Cubans, pero así está el patio.

Es que quieras o no lo que ocurre es que la mayor parte de la peña se conforma con los viejos éxitos y a ti te da coraje no poder sacar adelante tus nuevos proyectos todo lo bien que quisieras. ¿Pero que quieres, tío? Fíjate en pongamos un Van Morrison, o un Elton John, qué sé yo, cuando la gente va a a verlos es por sus viejos temas y no por los nuevos, que en la mayor parte de los casos desconoce. Y a mí me parece que es un privilegio tener un repertorio como el tuyo, y por lo demás creo que te lo estás haciendo bien manteniendo tantos frentes porque al final estás vivo y no «esclavo de tu repertorio» como no paras de decir en las entrevistas.

Ya, me hago cargo de que a veces entra el desánimo. Mira un tío del talento de José María Guzmán, sigue sacando discos que no suenan en una puta emisora, y vive principalmente de hacer música para publicidad, aparte de tener una banda de versiones con las que toca sus canciones ajenas favoritas y alguna propia. ¿Es eso indigno? Qué cojones, se está ganando la vida honestamente y punto. Por tanto ¿qué problema hay en tocar tus viejos éxitos en festivales de revival? Macho, la banda es la hostia y son TUS canciones y TU repertorio, date con un canto en los dientes.

O sea, que no te lo montes de conmiserativo porque no tienes por qué, y venga ya de quejarte que eres un privilegiado, coño, mira como estamos los periodistas. Tantos años estudiando, luego trabajando, currículum increíble y al final te echan a la puta calle. En fin, hazle caso a tu padre que él sí que se ha levantado treinta veces y ha remontado momentos mucho más duros que los tuyos. Y ahora ya me lo monto precisamente de padre: viendo los mesecitos de verano que te esperan mejor que no le des tanto al «drinky-drinky» y demás, que ya tienes una edad. Me contabas que el año pasado por primera vez en tu carrera pasaste algunos apuros vocales y es para matarte, tío, es que si tienes 56 bolos te pegas 53 fiestas por lo menos, lo increíble es que tus cuerdas vocales no hayan muerto del susto.

A partir de los 50 los que nos hemos castigado mucho comenzamos a escacharrarnos seriamente, te lo dice un ex-politoxicómano como yo. En serio, no tiene ninguna gracia estar todo el día pendiente de llevar Omeprazol y semejantes. Oye, en fin, perdona el sermón, pero me preocupa que que descuides tu principal activo: TU VOZ. Y por lo demás, feliz cumpleaños, amigo del alma. Te quiero como te queremos todos, ¿no te quejarás de la fiesta sorpresa, no?

 

(Este artículo es la edición de un mail que me mandó el pasado 2 de junio mi viejo amigo F. M., gracias por autorizarme a publicarlo en este Boletín de La Paz.)