El Barco Ochentero 1800

Este año se ha cumplido el 5º aniversario de El Barco Ochentero y tengo el placer de haber estado en todas las ediciones, incluso una más si contamos la previa de «El Crucero Ochentero» que es un poco de donde parte toda esta historia, aunque ahora mucho mejor gestionada y sin los chanchullos financieros de aquella vez. Me acuerdo que le dije a Raquel que seguramente iba a cumplir mi actuación nº 1800 en el barco, pero se me cayó una de las galas previas y ya la efeméride se desplazaba al día 4 en Puertollano (la verdad es que soy muy «apretao» para esas cosas porque lo más seguro es que lleve unos cuantos conciertos más, es casi imposible llevar una contabilidad exacta) y por tanto no hice mención alguna al asunto. Pero, oh sorpresa, al acabar la actuación una chica me confirmó algo que sospechaba pero de lo que no tenía dato alguno: he tocado en Aranda de Duero (Burgos), creo que por los 90. Por tanto, según mi contabilidad actual, este año he cumplido 1800 actuaciones a bordo del Costa Diadema, en ruta de Palermo a Civitavecchia.

Son muchos los recuerdos y los buenos ratos que se me agolpan en todos estos años en el barco, qué maravilla aquella ovación de hace dos cuando entraba al comedor tras el show. He tocado con varios músicos, con Danza Invisible también el año pasado, he hecho amigos y he disfrutado de momentos fantásticos. Este año también, aunque lamentablemente embarqué con una gripe que se hizo gripazo tras una primera noche de farra. Disfruté de la actuación de Toreros Muertos, un show teatral muy cachondo y entretenido, y visitamos Palermo en compañía de Pablo Carbonell y su mánager, al que todos conocen como «Zappa», con el que congenio de maravilla. Hice lo que solo hago cuando me encuentro muy a gusto: repetir un tema -«Sabor de amor», en este caso cantado con espontáneos del público- e improvisar una «Chica de ayer» sin haberla tocado jamás con la banda, solo por el buen rollo. En la prueba de sonido andaba fatal de voz por el catarro, no sé cómo finalmente la saqué en el concierto pero la saqué, sí, de hecho Pablo Carbonell calificó mi actuación de «brillante». Qué pena que me fallase la salud y tuviese que recogerme pronto por el mal cuerpo.

En estos momentos todos los integrantes del crucero están finalizando viaje y en mi casa la conversación gira acerca de la posibilidad de que unos amigos muy «killers» vengan el año que viene. Por cierto, ¿no sería maravilloso poder ir con mi banda de solista? La gente iba a flipar en colores. Pero bueno, no quiero quedar de abusón, bastante agradecido estoy ya a la organización de este crucero por ser su músico «fetiche», más o menos. Gracias de corazón, Raquel, a tu socio el de la Cólla de Castellón (¿ay cómo se llama?, nunca me acuerdo) y al gran Roberto, que como dije en directo ya cruzó al otro lado de la carretera.

Foto 1: JO y Pablo Carbonell lucen las dos camisetas más horrorosas del crucero: «Peña Atlética de Boadilla del Monte» y «Desatranques Jaén».

Foto 2: JO y César Zappa en las calles de Palermo.

Foto 3: «The love boat».