La fiesta de vivir en la calle Cristo de la Epidemia

Nombres de la cultura y el espectáculo se han sumado ya a la iniciativa de una familia de Málaga que cada tarde abre un espacio de canciones dedicadas desde su ventana

La familia Peláez Romero, en el salón de su casa, desde donde han creado un espacio de canciones dedicadas. ANTONIO PASTOR

Como el resto de España, los vecinos de la calle Cristo de la Epidemia de Málaga se citan en los balcones y ventanas a las ocho de cada tarde para aplaudir a los sanitarios y a todo el personal que trabaja estos días en la lucha contra el coronavirus. Pero en esta vía urbana, de nombre casi premonitorio, la convocatoria se ha convertido diariamente en una auténtica fiesta, con un espacio virtual para la música a demanda y las canciones dedicadas como en la radio de antaño.

Reconocidos nombres del espectáculo y la cultura como el cantante Javier Ojeda, los actores Antonio Resines y Pepón Nieto, o el barítono malagueño Carlos Álvarez, ya se han sumado a esta iniciativa que surgió hace unos días en casa de la familia Peláez Romero y que ha crecido como la espuma.

«La idea surgió por el entusiasmo de las mujeres de la casa», confiesa Alberto Peláez, padre de familia numerosa (suman hasta diez) y uno de los artífices de la fiesta de Cristo de la Epidemia. Lo cierto es que el primer día se asomaron a aplaudir a los médicos, como el resto de vecinos, y algo más adelante se les ocurrió abrir una de las ventanas del salón y poner un altavoz con música y el inevitable Resistiré. Hasta ahí la historia se parece mucho a lo que ocurre en muchas comunidades de vecinos de España.

Pero luego decidieron hacer algo más y crearon una dirección de correo a donde los vecinos pudieran dirigirse para solicitar que sonara alguna canción en concreto: covidepidemia@gmail.com, inspirada en el nombre de la calle en la que residen, que recuerda la procesión ‘milagrosa’ que acabó con una de las pestes más mortíferas de la historia de Málaga. Alberto y Marisol acertaron de pleno con el momento y la fórmula: «La gente empezó a escribirnos, a pedir canciones, a dedicarlas a otros vecinos, incluso a otros malagueños que no viven cerca, pero lo graban y se lo reenvían».

Y después, apareció Alejandro Soler, profesional del marketing y vecino del edificio, que escuchó la propuesta y decidió darle un escaparate digital: «Oí el nombre de la dirección de correo por la megafonía y se me encendió la bombilla. Compré un dominio, monté la web y envié el enlace a esa misma dirección». Alejandro no conocía personalmente a la familia Peláez Romero: «Los vecinos nos cruzamos poco, pero igual los he visto en el garaje o en alguna reunión de comunidad», apunta.

Y así es como surgió el espacio www.covidepidemia.es, donde los vecinos del barrio «pueden mandar sus peticiones de dedicatorias y hacer sus sugerencias». Lo de esta comunidad es algo así como la fórmula mejorada de la fiesta de las terrazas en época de coronavirus.

Alberto Peláez y Marisol Romero son padre y madre de ocho hijos. Tres de ellos son músicos profesionales y les ha tocado pasar el periodo de confinamiento en Alemania. Uno de ellos forma parte de la Orquesta Sinfónica de Dusseldorf; otro, de la Orquesta Gewandhaus de Lepizig y un tercero es miembro del Teatro Nacional de Mannheim, compañía de teatro y ópera de dicha ciudad teutona. Además, otra de sus hijas, abogada, reside también en Alemania, y una quinta vive en Luxemburgo. «Los otros están en casa con nosotros», dice Marisol, impulsora junto a sus hijas de la fiesta en que se ha convertido cada tarde el hogar familiar. Marisol y Alberto son miembros, por otro lado, de la asociación Hogar Abierto, que colabora en la acogida de menores. Su vocación social los mantiene en contacto con artistas y personalidades de la vida malagueña, que colaboran cada año en un almanaque solidario. Y a esos contactos han recurrido ahora para dar proyección a esta iniciativa que pretende romper el aislamiento social a que conduce inevitablemente el confinamiento.

Esta semana emitieron por megafonía un mensaje de Javier Ojeda, que encantó a todo el mundo», dice Marisol, que aplaude la buena disposición del vocalista de Danza Invisible. En su mensaje, Ojeda emocionaba al vecindario: «Os quiero mandar un abrazo gigantesco y deciros que en breve vamos a estar todos bailando, cantando, con todas mis canciones y con las canciones del resto de todos los artistazos que hay en Málaga», aseguraba.

«En la calle Cristo de la Epidemia resistiremos frente a la amenaza del Covid19. Estamos confinados, pero eso no significa que no podamos relacionarnos y pasar un ratito juntos. Todos los días, a las 20.00 horas, tras el aplauso colectivo a los profesionales que están luchando por nosotros, dedicamos un ratito a dedicar canciones que nos piden los vecinos. Participa de esta iniciativa y pídenos tu canción dedicada. Que este ratito juntos no nos lo quite nadie«. Así reza el inicio de la página web donde están llegando peticiones incluso para que todo el barrio le cante el cumpleaños feliz a familiares que residen en otras partes del globo terráqueo, como Paraguay.

(Daniel Villalba para El Mundo).